Hay a nuestro juicio dos comportamientos que definen la actual coyuntura de comunicación , donde los medios opositores intalan la certeza de empeoramiento relativo de la evaluación del oficialismo y sus prácticas , en un sector de la opinión pública metropolitana .
Un primer elemento a considerar en esta estrategia opositora , determina que cambió desfavorablemente la percepción del gobierno de un sector independiente que el 30 de octubre marcó sus preferencias por el FPV, por el doble efecto del menor ritmo de crecimiento económico y la proliferación de denuncias sobre corrupción que asumen como ciertas
Combinado con esto, aún los medios que adversan al gobierno siguen observando la falta de volumen político de la oposición político partidaria, más invisibilizada que nunca con la aparición del carismático Jorge Lanata como vocero mediático de la opo.
Por otra parte resulta inapropiada la sobreoferta opositora de cambiar dramáticamente el curso del gobierno en caso de unificarse, promesa de unidad incumplida por su incapacidac de instala una prevalencia en el archipiélago , incapacidad ya analizada por Julio Burdman acá , cuyo indicador de insatisfacción robusto es la caída vertical de la popularidad del conjunto de la dirigencia de la opo.
Un segundo elemento a considerar y que ya impacta si sobre algunos segmentos medios relativamente informados adherentes al oficialismo resulta el efecto de restauración parcial de la Espiral de silencio que hoy como en la coyuntura de junio de 2009 , " no se animan" a expresar sus opiniones de manera frontal, por dos motivos :
Restauración de la conviccion de minoría y el temor subjetivo del aislamiento social que sobrevendría al expresar la opinión.
Retiro de la convicción de participación en las discusiones con otros, con sentido (capacidad de intercamio de opiniones y posesión de chances de convencer al interlocutor).
En efecto, sabemos y lo señalamos ya en Ramble que la Espiral de silencio es un mecanismo sociológico estudiado por Elisabeth Noëlle-Neumann por el cual dentro de un grupo determinado, aquellos que saben que sus opiniones son minoritarias permanecen callados para no romper el falso consenso.
Noëlle-Neumann parte de la idea que todos poseemos cierta intuición social que nos permite imaginar cuando nuestras opiniones son minoritarias o no.
Como somos seres sociales buscamos la integración social, por lo que si estamos convencidos que nuestras ideas provocan rechazo no las haremos públicas.
Otra razón, la segunda que enumeramos en este punto del post, resulta de haber resituado la convicción en los debates públicos sobre que las ideas de defensa del oficialismo no valía la pena siquiera expresarlas, porque se suponía que el debate estaba ganado por los adversarios ¿qué motivos se tienen para expresar ideas que van a ser rechazadas sin excepción?...
En ambos sentidos, como dispositivos centrales para la construcción del efecto de silencio, la persistencia de la agenda opositora instalada por los grandes medios, debe tenerse en cuenta para observar una de las causas centrales de la reaparición parcial de la espiral del silencio sobre algunos segmentos de adherentes al oficialismo, similares a los de la coyuntura del año 2009, pero en condiciones objetivas muy diversas, como señalamos oportunamente en esta nota de Télam.
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